Prostatitis: cómo reconocer la enfermedad

La inflamación de la próstata es uno de los principales problemas urológicos en hombres menores de 50 años. Entre el diez y el doce por ciento de todos los representantes del sexo más fuerte han experimentado síntomas de prostatitis al menos una vez en la vida. La enfermedad puede presentarse en forma aguda y crónica, de la cual dependen directamente sus signos y síntomas.

¿Qué es la prostatitis?

Prostatitis es un término que significa inflamación de la glándula prostática.La próstata, o próstata, es un órgano del sistema reproductor masculino. Su tamaño normal no supera el tamaño de una nuez. La glándula está ubicada debajo de la vejiga, frente al recto. La próstata rodea la uretra, el conducto por el que la orina y el semen salen del cuerpo. Su función principal es la producción de secreción (jugo prostático), que apoya la actividad vital de los espermatozoides después de la eyaculación.

El proceso inflamatorio en la próstata puede ser causado por una infección, entre otras razones.

Tipos y primeros signos de la enfermedad.

Los primeros signos y otros síntomas dependerán del tipo de prostatitis. En total, los médicos distinguen 4 variedades.

  1. Prostatitis bacteriana aguda: Causada por una infección bacteriana, generalmente tiene una aparición repentina que puede parecerse a los síntomas de la gripe. Este es el menos común de los cuatro tipos de prostatitis.
  2. Prostatitis bacteriana crónica: Se caracteriza por infecciones bacterianas recurrentes de la glándula prostática. Puede haber pocos o ningún síntoma entre los ataques, por lo que también puede ser difícil tratarlo con éxito.
  3. Prostatitis crónica/síndrome de dolor pélvico crónico: La mayoría de los casos de prostatitis entran en esta categoría, pero al mismo tiempo este tipo es el menos comprendido. Puede caracterizarse como inflamatoria o no inflamatoria, dependiendo de la presencia o ausencia de células que combaten las infecciones: anticuerpos en la orina, el semen y las secreciones de la próstata. A menudo es imposible determinar una única causa específica. Los síntomas pueden aparecer y desaparecer o permanecer intermitentes.
  4. Prostatitis inflamatoria asintomática: Esta enfermedad suele diagnosticarse de forma incidental durante el tratamiento de la infertilidad o del cáncer de próstata. Las personas con esta forma de prostatitis no presentan síntomas ni molestias, pero las pruebas muestran la presencia de células infecciosas en la secreción de la próstata.

Síntomas principales

Los síntomas asociados con la prostatitis pueden variar según la causa subyacente de la enfermedad.Los síntomas comunes que aumentan gradualmente incluyen:

  • dolor o ardor al orinar (disuria);
  • dificultad para orinar, como un chorro fino de orina u orina lenta e intermitente;
  • micción frecuente, especialmente por la noche (nicturia: ir al baño más de 2 veces por noche);
  • necesidad urgente de orinar.

Un síntoma importante es el dolor, que puede aparecer o irradiarse a diversas zonas de la parte inferior del cuerpo. Ella puede ser:

  • en el recto (rectal), a veces combinado con estreñimiento;
  • en el abdomen y/o la espalda baja;
  • en el perineo, entre el escroto y el recto.

Los pacientes suelen informar molestias en el pene y los testículos. La eyaculación dolorosa es característica y, además, la prostatitis puede ir acompañada de disfunción sexual.

La forma bacteriana aguda suele caracterizarse por un inicio rápido y grave, que se caracteriza por un complejo de síntomas adicional similar al que se produce durante el virus de la gripe.Este:

  • fiebre y escalofríos;
  • malestar general y dolores corporales;
  • ganglios linfáticos agrandados;
  • dolor de garganta.

Si el paciente ignora los primeros signos de la enfermedad y no busca la ayuda de un urólogo-andrólogo, entonces surgen casos peligrosos de complicaciones purulentas. La prostatitis infecciosa aguda puede convertirse en una forma grave de patología, cuando el tejido prostático se cubre de pústulas o abscesos. Los síntomas incluyen los siguientes:

  • orina turbia o sangre en la orina;
  • secreción de la uretra;
  • mal olor a orina y secreción.

Si detecta signos iniciales de inflamación, un hombre debe consultar inmediatamente a un médico para obtener un diagnóstico adicional.

Métodos de diagnóstico

La prostatitis generalmente se diagnostica mediante pruebas de laboratorio de una muestra de orina y un examen de la glándula prostática realizado por un urólogo.Este examen implica la palpación de la próstata a través del recto para examinar cualquier anomalía. A veces, el médico recoge y analiza una muestra de las secreciones de la próstata. Para obtenerlo, el urólogo masajea la glándula durante un tacto rectal. Debido a que existe la preocupación de que el procedimiento pueda liberar bacterias al torrente sanguíneo, esta prueba está contraindicada en casos de prostatitis bacteriana aguda.

El urólogo también mide la temperatura corporal en la axila y en el recto y luego compara los resultados. Durante la prostatitis aguda, la temperatura en el ano variará hacia arriba en aproximadamente 0, 5 grados.

Técnica de masaje prostático realizada por un médico para realizar un análisis de la secreción.

Pruebas de laboratorio

Las pruebas de laboratorio que se pueden ordenar incluyen:

  • análisis clínicos de sangre y orina;
  • bacterioscopia y cultivo de sedimento de orina y secreción de próstata: examen de muestras bajo un microscopio para detectar la presencia de bacterias;
  • un frotis de secreción de la uretra (si hay secreción);
  • determinación del nivel de antígeno prostático específico (PSA).

Si un análisis de sangre clínico muestra un nivel elevado de leucocitos (de 10 a 12 por campo de visión), esto indicará la presencia de inflamación. La prostatitis infecciosa aguda se caracteriza por un aumento de los neutrófilos, un tipo de glóbulo blanco cuya función principal es destruir las bacterias patógenas. También se produce una disminución del nivel de eosinófilos (por debajo del 1% de todos los leucocitos), otro grupo de leucocitos que se encarga de proteger al organismo de proteínas de origen extraño. La reacción de sedimentación globular, o glóbulos rojos, es otro indicador de un análisis de sangre clínico general y también indica la presencia de un proceso patológico en el cuerpo si su valor supera los 10 mm/h. La velocidad de sedimentación de estas células sanguíneas aumenta al aumentar la concentración en el plasma sanguíneo de marcadores del proceso inflamatorio: proteínas fibrinógenas e inmunoglobulinas, así como proteína C reactiva.

La bacterioscopia del sedimento urinario y la secreción prostática indicará la presencia y el número de microorganismos patológicos en estos fluidos biológicos y, gracias al cultivo de sensibilidad a los antibióticos, se establecerá el tipo de bacteria para una mayor selección del tratamiento. El microorganismo causante se puede determinar, entre otras cosas, tomando una muestra de secreción de la uretra para un examen microscópico.

La prueba del antígeno prostático específico es una prueba de detección en forma de análisis de sangre intravenoso para detectar una proteína producida exclusivamente por las células de la próstata. La norma proteica depende de la edad del hombre y oscila entre 2, 5 ng/ml para las edades de 41 a 50 años y 6, 5 ng/ml para los hombres mayores de 70 años. Un aumento en el nivel de esta proteína por encima de la norma de edad significa la necesidad de una biopsia, un análisis de tejido para oncología. Sin embargo, también se puede observar un contenido excesivo de proteínas debido a la inflamación de la glándula prostática.

Los niveles de PSA también pueden aumentar ligeramente con un agrandamiento benigno (adenoma) de la próstata y como resultado de infecciones del tracto urinario.

Normas de PSA relacionadas con la edad - tabla

categoría de edad norma PSA
Menores de 40 años menos de 2, 5 ng/ml
40–49 años 2, 5 ng/ml
50-59 años 3, 5 ng/ml
60–69 años 4, 5 ng/ml
Más de 70 años 6, 5 ng/ml

Estudios instrumentales

Dado que ninguna de las pruebas o análisis ofrece individualmente una garantía total de un diagnóstico correcto, se pueden utilizar otros métodos, instrumentales, como parte de un diagnóstico integral. Éstas incluyen:

  1. Estudio urodinámico de la vejiga.- un método instrumental complejo que utiliza un equipo especial le permite determinar si la vejiga está completamente vacía, la velocidad del flujo de orina, la presión dentro de la vejiga y la uretra, así como evaluar el efecto de la prostatitis en la micción normal. Este estudio está recomendado para personas con problemas urinarios crónicos: chorro intermitente o fino, incontinencia, micción frecuente, etc. También está indicado para pacientes con inflamación prolongada de la próstata, especialmente cuando la terapia estándar es ineficaz. Antes del examen, se inserta un catéter-sensor especial en la uretra del paciente en posición horizontal, que también está conectado a un equipo de medición. A continuación, se le pide que beba una cierta cantidad de agua limpia, registrando simultáneamente la sensación de vejiga llena, las primeras ganas de orinar, la presencia de fugas de orina, etc. Luego se traslada al paciente a una silla especialmente equipada, en la que necesitará hacer sus necesidades mientras todavía está bajo el control de sensores y equipos que realizan las mediciones necesarias. El procedimiento consta de varias etapas, cada una de las cuales dura aproximadamente media hora. Los resultados del estudio urodinámico se entregan al paciente inmediatamente después de su finalización.
  2. Equipo para la realización de estudios urodinámicos en casos de sospecha de prostatitis.
  3. Imágenes por ultrasonido (EE. UU. )- el método se utiliza como diagnóstico de trastornos existentes y también está indicado para hombres mayores de 45 años anualmente como prevención de la prostatitis y otras enfermedades de las glándulas. El estudio se realiza por la mañana en ayunas utilizando un ecógrafo a través de la pared abdominal anterior con una vejiga llena de agua limpia, así como insertando un sensor especial de 5 a 7 cm de profundidad en el recto (método rectal) o a través de la uretra. El procedimiento es absolutamente seguro y le permite determinar el contorno, el tamaño y el estado de áreas individuales de la próstata. El volumen de una próstata sana es de aproximadamente 20 a 25 cm.3. El largo, ancho y espesor máximos son 3, 5 cm, 4 cm y 2 cm respectivamente.
  4. Imágenes por resonancia magnética (MRI)- el método permite estudiar en detalle la estructura, densidad, estado e incluso el flujo sanguíneo de la próstata; a veces, para una mejor visión general, se inyecta un medio de contraste adicional por vía intravenosa. También se realiza un examen para diferenciar la prostatitis de la oncología. Una máquina de resonancia magnética es un gran cilindro rodeado por un imán, en el que se desliza una mesa médica con un paciente en su interior, a modo de túnel. La persona debe usar ropa holgada sin accesorios metálicos y abstenerse de comer alimentos pesados entre 10 y 12 horas antes del procedimiento. Antes del examen, es imperativo quitarse los relojes, las joyas y cualquier otro objeto metálico. Si el paciente tiene implantes o dispositivos cardíacos que contienen metal en su cuerpo, el método de diagnóstico por resonancia magnética está contraindicado. Para realizar el procedimiento se suele utilizar un sensor transrectal (aunque es posible sin él), habiendo limpiado previamente el recto con un enema. La enfermera inserta el sensor y lo fija con un manguito desechable especial. Durante toda la duración del examen, que es de unos 30 minutos, el paciente debe permanecer lo más quieto posible. El procedimiento es indoloro.
  5. Comparación de una próstata sana (izquierda) e inflamada (derecha) en imágenes de resonancia magnética
  6. cistoscopia- examen de las membranas mucosas de la uretra y la vejiga con un cistoscopio: un catéter largo y estrecho con una bombilla y una cámara en el extremo bajo anestesia local. El procedimiento se lleva a cabo después de que la vejiga esté llena. La duración de la cistoscopia es de unos 15 minutos. El método le permite evaluar el estado del tracto urinario, excluyendo otras posibles enfermedades que causan problemas para orinar.
  7. Biopsia de próstata- es un procedimiento necesario si, tras un examen completo, el médico sospecha un proceso maligno en la próstata. Debe excluirse o confirmarse para seleccionar tácticas de tratamiento. El procedimiento se realiza de forma ambulatoria insertando una aguja de punción a través del recto del paciente y tomando una muestra de tejido prostático. Se inyecta un anestésico local en el ano y luego, cuando ha hecho efecto, se inserta una sonda de ultrasonido con una aguja en el intestino. Bajo guía ecográfica, el cirujano determina los lugares de los que es necesario "pellizcar" el material para su análisis. Normalmente hay hasta 18 puntos diferentes en el órgano. La biopsia no causa dolor; una vez que desaparece el efecto de la anestesia, sólo es posible una ligera molestia.

Si un paciente experimenta episodios recurrentes de infección del tracto urinario y prostatitis, el especialista prescribirá un examen completo del sistema genitourinario para identificar anomalías anatómicas.

Diagnóstico diferencial

Los síntomas de la prostatitis aguda pueden parecerse a la inflamación de la vejiga o la uretra. En todos los casos, los síntomas incluyen dolor y micción frecuente. Pero la prostatitis aguda se distingue por síntomas vívidos de intoxicación general y una mezcla de pus en la orina y las secreciones. El examen de palpación de la próstata será doloroso y revelará un aumento en el tamaño de la glándula, lo que no sucederá con la cistitis o la uretritis.

Los médicos dicen que la inflamación de la próstata no aumenta el riesgo de cáncer de próstata.

La inflamación crónica de la próstata debe diferenciarse en hombres jóvenes con complejo de síntomas anogenitales y síndrome urogenital vegetativo. Estas enfermedades sólo se pueden distinguir analizando las secreciones de la próstata en busca de bacterias. En hombres mayores de 45 años, es necesario excluir la oncología y el adenoma de próstata, que en las etapas iniciales suelen ser asintomáticos, a diferencia de la inflamación de la próstata. Para un análisis más detallado, el urólogo prescribirá una prueba de PSA y luego, si es necesario, una biopsia.

La prostatitis puede ser una enfermedad bacteriana aguda, que a menudo se trata fácilmente con antibióticos, o una enfermedad crónica que recurre y requiere seguimiento y control médico constante. En cada caso, sólo un especialista en el campo de la urología y la andrología puede diagnosticar correctamente la enfermedad.